Muchos recordarán cuando, tras la irrupción del 15-M, buena parte de la casta política y mediática , se lanzó a criticar el movimiento de "indignados" por su falta de articulación política. "¡Si quieren cambiar las cosas -decían con la vena del cuello hinchada-, que monten un partido político!"
Ahora que PODEMOS ha venido a canalizar todas esas reivindicaciones que protagonizaban miles de ciudadanos en calles y plazas de todo el país, las andanadas de estos "demócratas", lejos de menguar, se han recrudecido, prueba de que aquella acusación de ineficacia que nos lanzaban era una mera falacia. En realidad la casta no quería que nos organizáramos, quería simplemente que desapareciéramos y les dejáramos comerse su tarta -la de todos- a gusto.
Afortunadamente, no todo el mundo, ni siquiera entre los medios que han sostenido el régimen del 78, piensa de este modo. Dice Iñaki Gabilondo, en alusión a quienes acusan a PODEMOS de practicar la demagogia o lanzar propuestas vacías de contenido, que “hablar de populismos resulta algo grotesco” cuando no se atacan –más bien al contrario- los dos grandes problemas que PODEMOS ha venido a combatir: la corrupción y las desigualdades sociales. Además, atinadamente reflexiona el periodista:
“Los que critican mucho a Podemos deberían comenzar por reconocer el valor que tiene la contribución de Podemos al encauzamiento de toda esa ira ciudadana dentro de los márgenes de la democracia, y reconocer también el gran talento de sus dirigentes, que han logrado en un tiempo récord colocarse en una posición extremadamente destacada aprovechando muchas circunstancias a su favor pero incluyendo, repito su propio talento”.
Y es que desde el respeto, todos podemos hablar de todo.
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