Fuente: Turismo Vélez-Málaga. |
Desde el círculo critican el déficit de representación del órgano y advierten del peligro de que el equipo de Gobierno pretenda sellar su compromiso con la participación ciudadana por medio de un “simulacro”
Vélez-Málaga, 9 de enero de 2017.- Tras “reactivarse” después de un
parón de casi dos años el Consejo Social de Vélez-Málaga, que apenas llegó a
entrar en funcionamiento tras ser incluida nuestra localidad en el régimen de organización
de municipios de gran población en el año 2012, desde Podemos observamos con
tristeza el paso en falso dado por el Consistorio en el inicio de esta nueva
etapa.
No solo nace este nuevo Consejo con un
déficit de representatividad, pues a los “no designados” hay que sumar que
importantes colectivos del municipio no encuentran allí su espacio; no ya es
que la primera reunión haya carecido de la más mínima publicidad,
contraviniendo el espíritu que habría de animar al propio órgano; sino que el
propio contenido del encuentro con un solo punto de orden del día y de trámite,
supuso un jarro de agua fría para quienes consideramos que este debe ser un
espacio dinamizador (desde luego no el único y ni siquiera el más importante)
del papel que la sociedad civil debe desempeñar en un municipio tan rico y
diverso como el nuestro.
El Consejo Social no puede ser un
órgano que refrende las decisiones que previamente han sido cocinadas por el
poder político; ni su misión es avalar sin previo estudio y de forma
plebiscitaria determinados proyectos de un equipo de Gobierno. Tampoco es un
órgano ornamental para cumplir con el expediente ni un vistoso simulacro para aparentar
que se tiene en cuenta la opinión de la ciudadanía. Y decimos todo esto pues si
no tuviéramos más información que las entusiastas y autocomplacientes declaraciones
lanzadas desde fuentes municipales, diera la impresión de que en Vélez-Málaga, tras
la reactivación del Consejo –tan solo se ha tardado un año y medio en
convocarlo―, la participación ciudadana se hubiese desatado.
Por desgracia, no es el caso. Y así nos lo han transmitido representantes de
diversos colectivos del municipio con los que hemos contactado en las últimas
semanas y cuyas conclusiones nos parecen extraordinariamente valiosas a la hora
de encauzar la labor de este órgano. De manera generalizada, las personas
consultadas, con independencia de si cuentan sus colectivos o no con
representación en el Consejo, piensan que su reactivación es una buena noticia,
pero al mismo tiempo reconocen que esperaban más y que sus funciones no pueden
ser meramente consultivas, sino que deben poseer en determinadas parcelas fuerza
vinculante. En este sentido, prima la sensación de que dada su actual
composición y funcionamiento, su utilidad es muy limitada y sugieren como
formas explotar su potencial el abrirlo de forma “real” a la ciudadanía con independencia de la “afinidad”
política, y aceptando propuestas
provenientes de los propios colectivos.
Desde Podemos consideramos que el
Consejo Social ha de ser un órgano deliberativo, consultivo, de asesoramiento
permanente y con influencia real, estructurado por áreas en base a una
planificación previa consensuada por sus miembros y que sea representativo de
los diferentes territorios. Debe ser, asimismo un órgano eminentemente ciudadano,
que se reúna en plenos abiertos y cuyas convocatorias y actas sean públicas. Su
carácter representativo, por otra parte, obliga a que la sociedad civil en su
conjunto tenga voz, pero teniendo presente al mismo tiempo que el órgano no
suplanta a la misma y que, consecuentemente, el rol que pueda desempeñar en el
futuro no debe solapar ni anular el que le corresponda a las vecinas y vecinos
de los respectivos barrios y pueblos, a la hora, por ejemplo, de intervenir en
procesos de elaboración de presupuestos participativos todavía inexistentes
pero que no pueden ser postergados.
Dicho de otro modo. El Consejo Social
debe ser un complemento más dentro de una política dirigida a cumplir el mandato,
recogido el propio Reglamento de Participación Ciudadana de Vélez-Málaga, de
que “Todos los vecinos tienen derecho a intervenir en la gestión de los asuntos
públicos”, y, por lo tanto, en ningún caso ―y aún menos con su funcionamiento actual― puede
ser una coartada para no seguir dando pasos firmes en la necesaria apertura de
las instituciones. Una apertura, como los propios colectivos nos han puesto
también de manifiesto, que pasa por implementar otras medidas que pongan la
participación en el centro de la vida municipal. Entre las más demandadas, la
creación de juntas vecinales (o de distrito) y, como ya está sucediendo en
muchos municipios, la incorporación de herramientas como los referidos presupuestos
participativos.
Un municipio con casi 80.000
habitantes como Vélez-Málaga no puede quedarse descolgado de las nuevas formas
de gobernanza municipal, mostrándose remiso a la hora de abrir cauces de
participación real a la ciudadanía. Por esta razón también desde Podemos en
Vélez-Málaga nos ofrecemos modestamente a arrimar el hombro formando parte (si
no con voto, al menos con voz) de una institución que no puede dar la espalda a
parte de su tejido civil y asociativo, dentro del que se incluye una organización
con más de 500 inscritos en el municipio de Vélez-Málaga y que ha gozado además
de un importantísimo respaldo popular en todos los procesos electorales en los
que ha participado.